Cada 22 de noviembre nuestro país conmemora el Día de la Gratuidad Universitaria, en recuerdo de la política pública que, en 1949, eliminó los aranceles en las universidades nacionales y abrió las puertas de la educación superior a miles de personas que hasta entonces quedaban afuera por motivos económicos. Aquella decisión se consolidó años más tarde a través de normativas y reformas que reforzaron la idea de que estudiar en la universidad es un derecho y no un privilegio.
A más de siete décadas de ese avance histórico, la gratuidad sigue siendo uno de los pilares que sostienen al sistema universitario argentino: garantiza igualdad de oportunidades, promueve la movilidad social y permite que el acceso al conocimiento no dependa de la capacidad de pago, sino del esfuerzo, la vocación y el acompañamiento de la comunidad educativa.
En la Universidad Nacional de Córdoba, y en particular en nuestra Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, entendemos la educación pública como un compromiso cotidiano. Formamos ingenieras e ingenieros, geólogas y geólogos, biólogas y biólogos, y profesionales de distintas tecnicaturas que aportan a la vida productiva, científica y social de nuestra provincia y del país. Lo hacemos desde una universidad abierta, inclusiva y profundamente ligada a su comunidad.
Defender la gratuidad es defender la posibilidad de que cualquier persona pueda estudiar, investigar, crear y proyectar su futuro en una institución que pertenece a todas y todos. En un contexto donde la educación pública enfrenta desafíos constantes, esta fecha nos invita a reafirmar que nuestras universidades son un bien social, un espacio de igualdad y un motor de desarrollo colectivo.