A raíz de las consultas que nos llegaron por la noticia del fallecimiento de un turista tras ingerir el “hongo de la muerte” en Santa Rosa de Calamuchita, compartimos un fragmento de la nota de Tecnociencia 3D realizada a Carlos Urcelay: un especialista en hongos, biólogo y profesor de nuestra casa e investigador del CONICET.
En noviembre del año pasado, Carlos Urcelay nos comentaba que en el laboratorio de la Facultad se estudian “las interacciones entre plantas y hongos. Fundamentalmente los hongos se encuentran en las raíces de las plantas, que los ayudan a obtener nutrientes del suelo y de ese modo pueden crecer vigorosamente en la naturaleza”. En las Sierras de Córdoba se encuentran especies invasoras, como por ejemplo los pinos, los cuales son asociados con distintos hongos foráneos.
Justamente el “hongo de la muerte”, cuyo nombre científico es Amanita phalloides, es un hongo foráneo que crece en bosques de pinos y robles. Es común hallarlo en varios sectores de las sierras de Córdoba.
Además este hongo tiene características muy similares a las especies comestibles (posee un sombrero que mide entre 5 y 15 cm de color amarillo verdoso. Por debajo de él tiene un anillo y el resto del cuerpo es blanco) por lo que es muy difícil distinguirlo del resto.