Cuando pensamos en Córdoba y su fundacional rebeldía, no podemos dejar de pensar en lo que significó el alzamiento popular, conocido como El Cordobazo, que tuvo lugar los días 29 y 30 de Mayo de 1966, en contra de la dictadura militar de Juan Carlos Onganía, quién en 1963 derrocara al gobierno constitucional del Dr. Arturo Umberto Illia.
Si bien los hechos que recordamos se desarrollaron en 1966, sus orígenes son muy anteriores.
En 1963, y como consecuencia del rechazo por parte de la ciudadanía al derrocamiento, hubo protestas y expresiones de lucha, protagonizadas principalmente por los movimientos estudiantil y obrero.
Un antecedente terrible de lo que significó desde su inicio la dictadura de Onganía, fue la llamada “Noche de los Bastones Largos”, y posteriormente el asesinato del obrero de IKA Renault, y estudiante de la carrera de Ingeniería Mecánica Aeronáutica de nuestra Facultad Santiago Pampillón, militante reformista muerto por la represión policial.
Santiago Pampillón es una herida que aún nos duele aunque lamentablemente no fue la única pérdida que sufrió nuestra Facultad y el ámbito universitario en general, pero en su figura recordamos a las y los universitarios que cayeron víctimas de las dictaduras que se sucedieron durante las épocas más oscuras de nuestra historia.
Es así que el Cordobazo fue un estallido social devenido de sucesos causados por el atropello irracional a la democracia, a la que los habitantes de un país libre, debemos preservar decididamente.
Reflexionamos sobre estos acontecimientos tremendos y sobre lo imperativo que es el cuidado de los valores fundamentales de la República, a los que nunca debemos renunciar, dando testimonio de la fortaleza de nuestras convicciones.
Tenemos la obligación de sostener estos hechos en la memoria colectiva, para que nunca más se atente contra nuestra condición de pueblo libre y democrático.
Recordar es el primer paso para que no vuelvan a ocurrir.