En el año 1963 a través de un decreto el entonces Presidente de la Nación, Dr. Arturo Illia, instituye el 7 de julio como Día de la Conservación del Suelo, en memoria del Dr. Hugh Hammond Bennett (1881-1960), Director del Servicio de Conservación de Suelos de EEUU, que trabajó en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, para la producción agropecuaria. Con la institución de este día se pretende concientizar a la población de que el suelo es un recurso natural definido como no renovable, siendo el de mayor importancia para la humanidad. El suelo provee materias primas, garantiza el secuestro y almacenamiento de carbono, el almacén del patrimonio geológico, facilita la reserva de agua, el ciclo de nutrientes y la reserva de la biodiversidad. Así, es crucial para satisfacer la necesidad de cultivos y el bienestar de la población creciente. Además de estas funciones vitales, tiene la capacidad de “atrapar” grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera en forma de gases de efecto invernadero, y fijarlo para el aprovechamiento de las plantas, con lo cual es un factor clave para la mitigación del cambio climático. De los suelos dependen nuestra alimentación y nuestra vida, pero los suelos se agotan, se degradan y se pierden. Este recurso sufre una degradación progresiva a causa de erosión, desmontes, fuego, uso inadecuado de acuerdo a su capacidad de uso y potencialidad, expansión de las fronteras agrícolas y contaminación, entre otras actividades.Estudios demuestran que se necesitan 1000 años para formar 1 centímetro del horizonte superficial, lo que significa que no podremos producir más suelo en el transcurso de nuestras vidas.
Considerando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 de las Naciones Unidas, la conservación de los suelos, contribuye al cumplimiento de las metas del ODS 11, ODS 13 y ODS 15. En referencia específicamente a adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, lograr que las ciudades sean más sostenibles y luchar contra la desertificación y detener e invertir la degradación de tierras. Dentro de este contexto, los suelos tienen que ser protegidos y apoyados como proveedores de servicios esenciales para el desarrollo.
Los geólogos/as planifican, dirigen, supervisan estudios de evolución, degradación y erosión de suelos, así como son encargados del reconocimiento, clasificación, inventario y cartografía de suelos.Participan en la elaboración y ejecución de planes y programas de conservación, mejoramiento y recuperación de suelos y habilitación de tierras. Cumplen un rol importante en la elaboración de informes de impacto ambiental vinculados a calidad y salud de los suelos, en la selección de indicadores que permitan realizar un monitoreo permanente.
En la FCEFy N, los geólogos/as, estudiamos los suelos en su integridad y su grado de afectación por degradación tanto en sus ambientes naturales como antropizados, contribuyendo al entendimiento del recurso y su utilización en forma sustentable y responsable. Si bien, la demanda de infraestructura es grande y el recurso suelo para tal fin es limitado, se busca promover el uso de tecnología y herramientas que permitan una construcción innovadora, sostenible y eco eficiente.
Los suelos degradados, implica alimentos, agua y menor calidad de vida que se logre que la sociedad tome conciencia de su conservación hagamos que sea una meta y no una utopía.
“Tan directa es la relación entre la degradación y erosión del suelo, la productividad de la tierra y la prosperidad de la gente, que la historia de la humanidad puede ser interpretada, al menos en un alto grado, en términos del suelo y lo que le ha sucedido a éste como resultado del uso del hombre.”
Dra. Gabriela Sacchi – Prof. Pedología y Cartografía de Suelos (Ciencias Geológicas).
Dra. Sabrina Rouzaut – Prof. Cartografía y Conservación de Suelos (Ciencias Geológicas – Ingeniería Ambiental).