Esta gesta histórica, que completó el proceso revolucionario iniciado en mayo de 1810, significó la ruptura definitiva de los vínculos de dependencia política con la corona española y, al mismo tiempo, la renuncia a toda dominación extranjera.
El 9 de julio de 1816, los diputados de las Provincias Unidas del Río de la Plata se reunieron en San Miguel de Tucumán y declararon su independencia del gobierno español para las provincias de Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Se había elegido como sede del Congreso a la ciudad de Tucumán porque estaba ubicada en el centro del virreinato y porque las provincias se negaban a que Buenos Aires fuera otra vez la única protagonista de un hecho que las afectaba a todas.
Solicitado por el diputado Jujuy, Sánchez de Bustamante, se trató el proyecto de deliberación sobre la libertad e independencia del país. Bajo la presidencia del sanjuanino Narciso Laprida,el secretario Juan José Paso preguntó a los congresales si querían que las Provincias de la Unión fuesen una nación libre de los reyes de España y su metrópoli. Todos los diputados aprobaron por aclamación la propuesta.
El acta establecía que todas y cada una de las provincia "así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama".