Un 6 de junio de 1870 Luis Augusto Huergo se consagró como el primer Ingeniero Civil de la Argentina. Luis comenzó sus estudios en el Departamento de Ciencias Exactas de la UBA en 1865 junto a doce compañeros más. Años más tarde, Luis fue el primero en finalizar sus estudios. Este grupo de estudiantes es popularmente conocido como “los doce apóstoles de la ingeniería”. Cuyas tesis y trabajos posteriores contribuyeron a erradicar el cólera y la fiebre amarilla, dos grandes males del siglo pasado.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, nuestro territorio sufrió dos grandes epidemias, una fueron los dos brotes de cólera, y la otra fue el amplio contagio de fiebre amarilla. Por ese entonces la ciudad de Buenos Aires carecía de suministro de agua potable ni red cloacal, lo cual fomentaba el contagio de enfermedades.
En este contexto, es donde se insertan las tesis de dos flamantes graduados:
Valentín Balbín, con tan solo 19 años, realizó su trabajo en torno a las aguas corrientes de Buenos Aires, haciendo foco en el escaso alcance de las obras que había hasta ese momento. En base a esta investigación, estudió las maneras más eficaces para lograr la purificación del agua del Río de la Plata.
Luis Silveyra se dedicó a repensar y mejorar la vía pública de Buenos Aires. Esta tarea contemplaba diferentes preocupaciones: las condiciones de tránsito, la comunicación interna de la capital, y por sobretodo la cuestión de salubridad. Este último punto era fundamental ya que, en el aquel momento la ciudad no contaba con desagües pluviales, por ende los charcos que se formaban en las calles eran uno de los principales focos de reproducción del mosquito, vector de la fiebre amarilla y otras enfermedades.
Sin embargo ellos no fueron los únicos destacados de su clase, el primer egresado, Luis Huergo, integró la Sociedad Científica Argentina, participó de grandes proyectos de Ingeniería Hidráulica, e incluso desarrolló tareas en la provincia de Buenos Aires. Dentro de sus obras se destacan:
Con el paso del tiempo y por decisión del Centro Argentino de Ingenieros se declaró el día 6 de junio como el día para celebrar la Ingeniería Nacional.