Por Rosanna Forestello
Este 24 de enero de 2023, es el quinto año en el que celebra este día a nivel mundial. En este caso, bajo el lema Invertir en las personas, priorizar la educación.
Desde nuestra unidad académica, donde la ciencia, la naturaleza y la tecnología se encuentran, venimos aportando desde hace varios en el cumplimiento de los ODS por lo que nos parece importante compartir una serie de reflexiones en torno al lema 2023 que invita a conversar; a comprender una historicidad propia de la UNC y de la FCEFyN en Argentina que, quizás instala miradas, pistas, preguntas y definiciones. En tiempos tan inciertos, éstas son conversaciones necesarias: ¿qué ciudadanas y ciudadanos queremos formar? ¿qué profesionales queremos educar?¿ qué facultad queremos construir? ¿para qué sociedad?
Una fuerte apuesta para esbozar algunas respuestas a estas preguntas es el concepto de compromiso moral del oficio docente y la educación como empresa moral. Ambos recuperan la ética y los valores en las prácticas de enseñanza universitarias, valores que atraviesan la vida cotidiana y que consideramos necesarias identificar en el marco de las relaciones que se construyen al interior de las aulas y las clases. Estas ideas se complementan con el concepto de enseñanza moral que interpela quién lo tiene que hacer y dónde se aprende.
El proceso educativo se da en el marco de una sociedad y de una cultura y supone la modificación de los actores involucrados. Se trata de transformaciones no efímeras, con cierto grado de perdurabilidad que afectan al individuo y a la sociedad. La educación se sitúa en la tensión dialéctica entre lo hecho y lo posible, la realidad y la utopía.
La invitación es abrir un camino sustantivo para crear y consolidar un ambiente educativo de valor, lo que implica trabajar desde el respeto por sí mismos, por los valores compartidos tales como la verdad, la justicia, la honradez, y emitir juicios socialmente responsables que justifiquen sus decisiones y su actos como manera de modelar y ejemplificar qué esperamos que ellos propicien dentro de sus prácticas cotidianas y profesionales en este momento de incertidumbres, en un mundo sin referencias, con responsabilidad democrática.
Es necesario poder abrir una puerta en este momento que consideramos importante e imperdible históricamente. Parafraseando a Piscitelli (2012) estamos viviendo un momento histórico de una fuerza, efervescencia y riqueza muy grande. Están pasando muchas cosas, es un momento de intensa creatividad, de alta disposición tecnológica, de intensa confusión, de sucesivas contradicciones pero también un momento muy positivo y muy rico para hacerse nuevas preguntas, para cuestionar las respuestas construidas y ponerse a operar, a accionar para generar novedad. Estamos en un momento retroprogresivo que significa que uno tiene que retroceder si quiere saltar más lejos. Invitamos a dejarse llevar por el devenir de sus ideas desde el compromiso moral de ser docentes en una facultad y universidad públicas y a proyectar nuevos horizontes de esperanza.
Elegimos las palabras de Meirieu (2006) que nos ayudan a guiar nuestro oficio docente universitario:
Tenemos la posibilidad de educar a nuestros estudiantes para que sean buscadores de verdades y no para que queden atónitos ante cualquier ídolo que haya. Pienso que la desaparición de lo que llamamos referencias puede ser una magnífica oportunidad para construir nuevas referencias, nuevas referencias en torno a nuevos valores que quedan por inventar: esa es la razón por la cual en este misterio no tenemos que volvernos siempre hacia el pasado. Desconfío de aquellos que pretenden que estamos en decadencia, prefiero aquellos y aquellas que nos dicen que podemos construir un porvenir juntos y que nada está jugado definitivamente y que ese porvenir puede ser mejor que el presente y el pasado
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero el Día Internacional de la Educación, para celebrar el papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo de los países además de reconocer que la educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.