Autora: Carolina Ballesteros
Audio del cuento leído por la autora: LINK
El rinoliriano, procedente del linaje de los pangolines, fue un mamífero de la era geológica del Plestoceno. Según evidencias, su hábitat natural era la meseta del Putorán. Cabe destacar que se ha creado una deficiente interpretación respecto a la personalidad de estos seres ya que, si bien los lugareños los caracterizaban como unos "cornupetas huidizos de fuerte caparazón", dicha capacidad de huir no guardaba relación alguna con que sean miedosos o poco valientes sino que ésta se hayaba fuertemente vinculada a sus impulsos incontrolables de enroscarse a sí mismos, y rodar.
Si bien, estos animalarios se alimentaban exclusivamente de hierbas, sentían una fuerte atracción por los cítricos debido al aroma que éstos emanaban y a la ventajosa consistencia de sus frutos.
Durante gran parte de su existencia, utilizaron los frutos como arma de defensa contra el peligro, ya que si bien poseían sólo dos patas traseras, lo cual los vinculaba a ser considerados como presas fáciles, en desventaja o poco agraciadas, sólo algunos conocían sobre el poder de sus cuatro manitas de gancho que los rinolirianos empleaban sólo en casos de defensa.
Cuando se hallaban presos de situaciones de peligro, tomaban con sus cuatro manitas cualquier fruto a su alcance, sean mandarinas o limones, y comenzaban a realizar un espectáculo de malabares que dejaba a sus depredadores sumidos en un estado de atención hipnótica.
Demasiado tarde se han dado a conocer las habilidades de esta especie, cuyo caparazón provisto por cáscaras articuladas, les permitían convertirse en una bolita y rodar.
Diferentes fuentes informaron, poco después de su extinción y para dar respuesta al crecimiento repentino de la flora silvestre, sobre el hobby predilecto de estos animalarios. Las "bolitas-rinolirianas" eran unas carreras que consistían en el arrojamiento de estos seres por las montañas del Putorán.
Dicha competencia generó tal fanatismo, que las carreras masivas arrasaron con gran parte de la vegetación del lugar, además de que tornó en disminución, claro, el número de rinolirianos, hasta su desaparición.