Autor: Luis Ernesto Aguilar
Tomo el pesado cincel con mis manos
Y comienzo a dar forma a mi destino.
Entre flores y trinos veo el camino
Hacia la proyección del ser humano.
Mi alma de piedra se conmueve
Con cada rayo de sol acariciante,
Y mis golpes de trabajo son constantes
Ante las brisas primaverales suaves, leves.
Mi postura descansa en la marcha decidida
Buscando los designios de tantas esperanzas,
Y sólo con artesanal templanza
Se lograrán los proyectos de la vida.
No me inmuto y tampoco me muestro temeroso,
Pues aunque me veas rígido es sólo ilusión.
Mi fortaleza es motivarme en la pasión
De cada día que transito con ritmo deseoso.
Me hago el duro pues el mundo me lo impone
Y le doy fuertes golpes a la adversidad.
No renuncio ante ninguna fatalidad
Porque con martillo firme la lucha se propone.
Quieto estoy en este patio de misterios
Sintiendo la brisa tenue de cada mañana,
Y miro de reojo cada hazaña
Que junto a mí van dejando los imperios.