El Día Mundial del Suelo se celebra anualmente cada 5 de diciembre desde 2014, año en el que la ONU designó esta fecha a propuesta de la FAO un año atrás. Pero sus orígenes se remontan a 2002 gracias al impulso de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (IUSS), la cual propuso este evento en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo, un foro colaborativo surgido ante la necesidad de compartir experiencias sostenibles para recuperar un suelo que pensábamos era un recurso infinito.
Con esta fecha se pretende concienciar sobre la importancia de mantener unos ecosistemas sanos y el bienestar humano, abordando los crecientes desafíos en la gestión del suelo, animando a las sociedades a mejorar su salud.
En la Provincia de Córdoba, con respecto a la problemática en los suelos, año a año se refuerzan los trabajos para prevenir, analizar y estudiar las posibilidades de recuperación de los mismos. Desde la FCEFyN se han llevado a cabo proyectos de esta envergadura. A modo de ejemplo, un grupo de científicas de la FCEFyN de la UNC han iniciado estudios para determinar los cambios que sufren los componentes minerales, la materia orgánica y los microoganismos del suelo como consecuencia de los incendios, y conocer cómo los cambios en las propiedades del suelo afectan a la biodiversidad, a los ciclos biogeoquímicos de los nutrientes y los servicios de los ecosistemas. Se trata de un estudio multidisciplinario en el que participan investigadores y estudiantes de grado que, mediante el uso de herramientas geoquímicas, mineralógicas, microbiológicas, ecológicas y la interpretación de imágenes satelitales y sistemas de información geográfica, trabajan más allá de las disciplinas científicas (ver https://isr.nyas.org/2022/09/23/scientists-hunt-for-clues-to-post-wildfire-recovery-in-argentina/).
El suelo bajo nuestros pies es un mundo compuesto de organismos, minerales y materia orgánica que proporciona alimentos a humanos y animales a través del crecimiento de las plantas. El 95% de nuestros alimentos provienen del suelo. Para el año 2050, La producción agrícola deberá aumentar un 60% para satisfacer la demanda mundial de alimentos y sin embargo, un 33% de los suelos del planeta están degradados.
El suelo tiene vital importancia porque interviene en el ciclo del agua y los ciclos de los elementos y en él tienen lugar gran parte de las transformaciones de la energía y de la materia de todos los ecosistemas. Además, como su regeneración es muy lenta, el suelo debe considerarse como un recurso no renovable y cada vez más escaso, debido a que está sometido a constantes procesos de degradación y destrucción de origen natural o antrópico. La acción de factores como el viento, la temperatura y el agua, lentamente van desmenuzando las rocas, hasta reducirlas a pequeñas partículas, que al unirse con los restos de plantas y animales conforman el suelo.
Una vez formado, el suelo es protegido y conservado por la vegetación que crece sobre su superficie. Cuando el ser humano corta los árboles y deja expuestas las partículas del suelo a la acción del sol, el viento y el agua, se produce la temida erosión. La capa vegetal es arrastrada hacia el fondo de los océanos, y aquellos terrenos fértiles quedan transformados en desiertos. Dicho empobrecimiento del suelo también es causado por desyerbar con azadón, por las quemas, por el uso exagerado de herbicidas y fertilizantes, entre otros.
Para detener la destrucción de este recurso, se hace urgente iniciar la plantación de árboles y la defensa de los bosques nativos. El agricultor debe adquirir la sana costumbre de rotar los cultivos, de trazar los surcos en sentido diferente a la pendiente del terreno, de plantar barreras vivas para evitar el rodamiento de las partículas. De todos es el compromiso de proteger las fuentes de agua, como ríos y quebradas, conservando toda la vegetación de la cuenca.
La pérdida de nutrientes del suelo es uno de los principales procesos de degradación que amenaza la nutrición y se reconoce como uno de los problemas más importantes a nivel mundial para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad en todo el mundo.
Según la clasificación de suelos propuesta por el USDA (Soil Taxonomy) en el mundo, existen alrededor de 17000 tipos de suelos diferentes.