Siempre es necesario, y en estos año de cambio climático más todavía, recordar la importancia que tienen estos seres vivos en nuestra vida. Son los mejores aliados que tenemos ya que cumplen la función de capturar todo el dióxido de carbono que hay en el ambiente y liberan oxígeno, trascendental para la vida de los humanos y los animales. Además, durante las abundantes lluvias, con sus raíces mitigan las inundaciones que se podrían producir y que lamentablemente muchas veces sufrimos.
La inmensa biodiversidad que existe en el medio ambiente, con diferentes especies de animales y plantas, es gracias al cuidado de este recurso natural. También son vitales a la hora de pensar en evitar la erosión de la tierra. En los tiempos pre-pandémicos, en diferentes partes del país se desarrollaba la jornada “Fiesta del Árbol”. Este festival fomentaba a niños y adultos a plantar árboles en diferentes lugares de las ciudades para de esa manera frenar el avance del cambio climático y proteger de la tala indiscriminada.
En sus años de presidente (1868-1874), Domingo Faustino Sarmiento fue un gran impulsor de la actividad forestal. En un discurso hasta motivó a plantar árboles en todo el territorio nacional, ya que lo consideraba un complemento indispensable para la ganadería, sector trascendental para la economía Argentina.