Entre 1999 y 2017, el fuego dañó más de 700 mil hectáreas, una superficie total superior a 12 veces Córdoba Capital. Desde que empezó este 2020, en la provincia de Córdoba ya se quemaron más de 182 mil hectáreas hasta el 1 de octubre inclusive.
La Dra. Laura Bellis, investigadora de Conicet y docente de la FCEFyN, integra el grupo de investigación que desarrolló un sistema operativo para la detección de peligro de incendios. Es un Indice de Peligrosidad Meteorológico, basado en el sistema australiano que se corresponde a un mapa raster de 15 km resolución aproximadamente. El sistema se actualiza en forma diaria, de manera automática y con un pronóstico de 48 y 72 hs en todo el territorio nacional.
“La plataforma estima un índice meteorológico de peligro de incendio , basado en variables meteorológicas de temperatura, humedad relativa, velocidad del viento, y precipitación (24 hs pasadas) estimadas a partir del Modelo Numérico de Predicción Meteorológica (WRF - CAEARTE/FAMAF). Luego los índices de peligro estimados se clasifican en categorías de bajo, moderado, alto, muy alto y extremo según su peligro. Este sistema operativo que comenzó a funcionar desde el 2014, aún está en fase experimental. Tenemos claro que es necesaria una validación rigurosa de este producto, incluyendo varios años de datos, y estamos trabajando en este sentido. Este producto gratuito, será útil para enfocar las actividades de prevención de incendios en áreas de mayor riesgo y ayudará a prevenir fatalidades y daños estructurales en la interfaz urbano-rural de las Sierras de Córdoba
La degradación de los bosques producida por el fuego afecta muchos de los servicios ecosistémicos que nos ofrecen: regulación del caudal de ríos y arroyos; protección del suelo contra la erosión, provisión de hábitat para numerosas especies, entre otros. Al impacto ambiental de los incendios, debemos agregar la destrucción parcial y total de la infraestructura que se encuentra en la interfaz rural-urbana de las sierras cordobesas y el riesgo en la vida humana.
"Los bosques en buen estado de conservación funcionan como un “cortafuego natural”, porque al ser ambientes más húmedos previenen o reducen el avance del fuego. Si por distintas prácticas , entre ellas las quemas intencionales, , ese bosque se deteriora, creando por ejemplo espacios abiertos, cambian las condiciones del mismo y comienzan a crecer otras especies como pastos , que son plantas mucho mas propensas al fuego . Con el correr del tiempo y de los eventos de fuego ese bosque se transforma en coberturas como arbustales y luego pastizales que son las más inflamables y propensas a arder.”
"Human and biophysical drivers of fires in Semiarid Chaco mountains of Central Argentina" (Descargar PDF)
"Operational Meteo Fire Danger System Based On Space Information For Chaco Serrano" (Descargar PDF)
"Design And Implementation Of An Operational Meteo Fire Risk Forecast Based On Open Source Geospatial Technology" (Descargar PDF)
